Romanos 3:24-25 Cristo Nuestra Propiciación

"Cristo en vosotros, la esperanza de la gloria."

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 Estudios Biblicos amacristo.comSomos “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús; a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Rom. 3:24-25)
 

Cristo Nuestra Propiciación


Por favor no permitas que el título de asuste.  Es una palabra bella y profunda.

La muerte de Cristo aparta  la ira de Dios. El apóstol Pablo dijo Cristo es nuestra propiciación. El es un sacrificio propiciatorio. Se refiere a lo que Cristo hizo en nombre de nosotros ante Dios.

Nosotros somos “justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús; a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre” (Rom. 3:24-24)
 

Dios dio a su hijo como el medio de la propiciación, “y El es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2) “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” (1 Juan 4:10) . A.T. Robertson dijo, “Dios no pudo permitir que el pecado fuera como un simple error. Dios demandó la expiación y la proveyó.”  Fue “para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos”. (Heb. 2:9)

La palabra “propiciar” en su forma clásica fue usada en el acto de apaciguar a los dioses griegos por un sacrificio, de rendirles favor hacia el adorador.  El sacrificio fue ofrecido por los adoradores paganos para sobornar la ira del dios y comprar su amor. Nota cuidadosamente que esta idea no es traída al Nuevo Testamento. El Señor Dios no necesita ser apaciguado ni esta en venta Su amor.

En el Nuevo Testamento se refiere al hecho de obtener la liberación del pecado el cual esta entre Dios y el Hombre. La palabra griega  Hilasterion  es usada en Levíticos 16:14 para referirse a la cobertura de oro en la parte de arriba del Arca del Pacto.  En el Arca, bajo esa tapa, eran colocados las tablas de piedra sobre las cuales se escribieron los 10 mandamientos, los cuales habían sido desobedecidos por Israel. En el día de la expiación el sumo sacerdote se paraba ante el Arca en representación del pueblo que había pecado. Cuando la sangre del sacrificio era esparcida sobre esa tapa, se suspendía la sentencia y tomaba su lugar la misericordia.  La sangre estaba entre la ley desobedecida y el pueblo desobediente.  La sangre de Jesús satisfizo los requerimientos justos dela Ley santa de Dios las cuales habían sido quebrantadas por la humanidad, Su sangre paga la pena por el hombre, de esta manera quito lo que separaba a Dios y al hombre pecador, el pecado, su culpa y pena. Esto esta muy lejos de la idea pagana de propiciación. Jesucristo es el Sumo Sacerdote de Dios que tiene ambos la Silla de Misericordia y el Sacrificio, que transforma lo primero de una silla de juicio a una donde la misericordia es ofrecida a un pecador en base a una justicia satisfecha.
 

Bengel observó que Dios, “se coloco antes los ojos de todos” diferente al arca del pacto la cual estaba velada y a la cual únicamente se acercaba el sumo sacerdote.”
 

El Señor Dios expuso su Hijo, el señor Jesús, como el único quien sería la satisfacción por nuestros pecados. Porque Dios estaba satisfecho con el pago de la deuda del pecado. Su ira se desvió lejos del pecador salvado. Cristo absorbió la ira de Dios en nuestro lugar. El cargó nuestra culpa como nuestro sustituto.

 

Cuando Dios miro hacia el sacrificio, El juzgo al hombre culpable, la deuda fue pagada por completo, y en Su rectitud pudo por lo tanto absolver al pecador creyente que puso su fe en el cordero de Dios. Esa silla de misericordia es el lugar donde Dios encontró al hombre en Su gracia, desde que apartó la ira de Dios porque su rectitud fue satisfecha. A causa de la muerte de Cristo en nuestro lugar la culpabilidad del pecador fue esparcida. Cuando Dios mira hacia el pecador creyente el no mira nuestros pecados y culpa, sino que la sangre de Jesús. El es nuestro sacrificio expiatorio que satisfizo la rectitud de Dios, su muerte pago la deuda completa y el Dios Santo estuvo satisfecho.
 

Todos los corderos en los sacrificios del Antiguo Testamento señalaban al Cordero perfecto de Dios quien quitaría por completo nuestra pena de muerte.
 

¿Como sabemos que todo esto es verdad? Nosotros podemos confiar en Dios porque el Santo y Recto Dios rasgó el velo del templo de arriba hacia abajo. En el momento en que cristo murió fue como Dios, El Padre alcanzó y tomó su prenda exterior y la rasgó desde arriba hasta abajo en su luto por su único hijo. Dios rasgó el velo en dos para abrir el camino hasta su presencia para todos aquellos que creen en su hijo como su sacrificio sin pecado quien murió como su propiciación. El sacrificio ensangrentado vino a terminar en el templo porque la sola muerte de Cristo reunió todas las demandas de la Santa Trinidad.
 

¿Has puesto tu confianza en el Cordero de Dios?

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(c) 2010 Mensaje por Wil Pounds   Traducido por Katia Blandin

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